BRILLO
Cuando la luz incide sobre un mineral este adquiere un brillo característico. Este brillo se produce debido a la interacción de varios fenómenos (la reflexión, absorción y dispersión de la luz) sobre la superficie lisa del mineral, que es donde mejor se puede observar.
En función del tipo de brillo, a grandes rasgos, se pueden distinguir aquellos que tienen un brillo metálico de los que tienen un brillo no metálico. Un mismo mineral no va a tener siempre el mismo tipo de brillo en función de cómo aparezca, si es en forma masiva o en cristales, el hábito de dichos cristales, si lo estamos observando en la cara de un cristal o en un plano de exfoliación, etc.
El brillo metálico es propio de minerales opacos que tienen una apariencia metálica, como la pirita, la calcopirita, la galena, la magnetita, etc.
En cuanto al brillo no metálico, se distinguen los siguientes tipos:
- vítreo: cuarzo, turmalina, fluorita, olivino…
- céreo o resinoso: ópalo, azufre, aragonito…
- graso: serpentina, cordierita…
- sedoso: yeso fibroso, asbestos…
- nacarado: biotita, moscovita, talco…
- adamantino: diamante, algunos tipos de esfalerita, cerusita, circón, rutilo…
- mate: óxidos de hierro, caolinita, pirolusita….
DIAFANIDAD
La diafanidad o transparencia es la capacidad que tiene un mineral para que lo atraviese la luz.
Se pueden distinguir tres tipos:
- minerales transparentes: que permiten ver objetos a través de ellos
- minerales translúcidos: que permiten el paso de algo de luz a través de ellos
- minerales opacos: que no permiten el paso de la luz
El caso del espato de Islandia (una variedad de calcita) es una excepción ya que además de ser transparente es birrefringente, es decir, presenta una doble refracción que hace que si se pone delante de un texto se vea doble (como en la fotografía).
