Las Médulas (León, Castilla y León)

Históricamente, las explotaciones de oro españolas han sido muy relevantes, existiendo numerosos puntos de interés en la Península Ibérica. De todas las explotaciones mineras romanas que hay en España, probablemente la explotación de Las Médulas, en la provincia de León, sea la más conocida. Fue una de las minas de oro a cielo abierto más grandes de todo el Imperio romano. Según los escritos de Plinio, allí llegaron a trabajar cerca de sesenta mil obreros, aunque según algunos estudios más recientes podrían haber sido unos veinte mil. En los cerca de 200 años que estuvieron explotando esta zona, se calcula que los romanos pudieron llegar a extraer entre cinco y siete toneladas de oro puro de este lugar y que se movieron cerca de quinientos millones de metros cúbicos de material.

Los yacimientos de oro se pueden separar en dos tipos, los primarios y los secundarios.

En los yacimientos primarios, el oro suele tener un origen fundamentalmente hidrotermal, asociado a filones de cuarzo con sulfuros (arsenopirita, pirita…).

Como se trata de mineral muy estable, es frecuente que cuando se alteran estos yacimientos el oro pase a los sedimentos y acabe depositándose en otro lugar, como en las terrazas formadas por los ríos, dando lugar a yacimientos de tipo secundario. El oro, al ser un mineral más denso que otros, tiene tendencia a quedarse acumulado en oquedades, fisuras en el lecho entre las raíces de las plantas acuáticas y de ribera.

En la provincia de León encontramos ejemplos de yacimientos tanto de tipo primario como secundario, aunque estos últimos son más abundantes. Se explotaron tanto conglomerados terciarios como terrazas aluviales y morrenas formadas por los ríos.

Característico paisaje dejado por el paso de los romanos por Las Médulas, es tal el valor de este espacio natural que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997.

Geología

Los conglomerados que encontramos en Las Médulas datan del Mioceno (hace entre 23 y 5 millones de años.) y tienen origen aluvial. Se habrían formado principalmente durante periodos de clima semiárido, con períodos secos y lluviosos.

En estos depósitos tan característicos se pueden diferenciar hasta tres formaciones diferentes (de muro a techo): Formación Toral, Formación Santalla y Formación de Las Médulas. La Formación Toral es la más antigua pero no aparece en el borde sur de la cuenca. La Formación Santalla, de entre 20 y 30 metros de potencia, procede de abanicos aluviales, contiene grandes cantos, algunos pueden llegar a tener hasta medio metro de tamaño. Por último, la Formación de Las Médulas, con entre 100 y 120 metros de potencia, se habría formado por procesos torrenciales violentos.

Estos sedimentos se encuentran discordantes sobre un basamento Paleozoico (calizas de la Aquiana y pizarras de Luarca) que aflora de forma puntual o sobre la denominada Formación Orellán, compuesta por cantos de pizarra y cuarzo de distribución discontinua.

La zona más rica en oro es la Formación Santalla, en la que existen hasta 300 mg de oro por metro cúbico, aunque la riqueza media de todos estos depósitos ronda los 60 mg por metro cúbico, llegando a ser de unos 10 a 20 mg en las zonas superiores.

Una de las preguntas más interesantes, y que todavía suscita dudas, es de dónde viene el oro que aparece en Las Médulas. Se trata de yacimientos secundarios de edad terciaria que se pueden relacionar con el levantamiento de edad alpina y la posterior erosión de las rocas paleozoicas. Aun así, en las zonas de zócalo más próximas no se encuentran restos de este elemento. Existen diferentes propuestas, como que podrían provenir de las capas cuarcíticas del Ordovícico inferior que hay en el Macizo del Teleno (por la forma que tienen los granos de oro), aunque ni todos los depósitos de oro tienen esta misma forma ni las cantidades en las que aparecen son las mismas, por lo que continúa siendo una incógnita.

Método de explotación: ruina montium

Dada la escasa concentración de oro que había en los yacimientos secundarios, como en los conglomerados, las técnicas de extracción tenían que adaptarse. No se podían emplear bateas, otro de los típicos métodos de recuperación de este mineral, y era necesario recurrir a sistemas de lavado a gran escala que requerían de una gran infraestructura.

Un ejemplo de ingeniería romana y de minería hidráulica lo encontramos en el método conocido como ruina montium. La explotación se llevaba a cabo mediante la fuerza del agua; esta se canalizaba y se acumulaba en la parte superior de la montaña. Esto hizo que tuviera que crearse un sistema de canales que transportaran el agua hasta la zona, cuyos trazados todavía pueden verse en las montañas que hay en las cercanías. Uno de estos canales que abastecen Las Médulas tiene un recorrido de casi 50 km y todavía hoy alguno se emplea para abastecer agua a pueblos cercanos.

De forma simultánea, se iban excavando extensos túneles y galerías en el interior de las montañas de forma manual. Esta técnica funcionaba mejor en montañas formadas por materiales relativamente blandos, como arcillas y conglomerados y que se desmenuzaban con relativa facilidad.

Cuando ya se tenía todo el sistema preparado, se dejaba que el agua acumulada arriba circulara por estas galerías y, mediante la fuerza de la gravedad y la erosión causada por el propio movimiento del agua, se iba derrumbando la montaña. La tierra era arrastrada hacia las zonas de lavado, situadas en la parte inferior.

Los sedimentos se lavaban entonces por el sistema de surcos convergentes, grandes zanjas de varios metros de profundidad y centenares de metros de longitud que convergían en un único canal de lavado. Así, las pepitas de oro, más densas que el resto del material, iban quedando retenidas. Los cantos de mayor tamaño se retiraban a mano antes de que llegaran a este canal, formándose unos apilamientos muy característicos que todavía se pueden ver en algunos puntos.

Pepitas de oro nativo sacadas del río Eria (León), muy parecidas a las que aparecían en la zona de Las Médulas.

Minerales más importantes

El mineral por excelencia que aparece en esta zona es el oro.

Aparece en forma de partículas muy pequeñas, aplanadas, y con los bordes redondeados y plegados. Las mayores partículas pueden alcanzar el medio milímetro de tamaño y un peso de 0,5 mg en el mejor de los casos.

Bibliografía

  • Calvo, G (2022). Historia de la mineralogía. Guadalmazán.
  • Calvo, M. (2003). Minerales y minas de España. Volumen 1: elementos. Museo de las Ciencias Naturales de Álava. Departamento de Cultura, Juventud y Deportes.
  • Martín Escorza, C. (2006). El oro en Las Médulas: su geología y arqueología. Senderos Arqueológicos 2. Sociedad de Amigos del Museo Nacional de Ciencias Naturales.
  • Martín-González, F., Heredia, N., Fernández, L.P. y Bahamonde, J.R. (2014). La mina romana de oro de las Médulas (El Bierzo, Provincia de León, NO de España): Patrimonio de la Humanidad como recurso docente para la enseñanza de las Ciencias de la Tierra. Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 22, 2, 129-139.

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