Reocín (Cantabria)

La mina de zinc de Reocín está situada en la comunidad de Cantabria, a unos 5 km de Torrelavega. Se sabe que estos yacimientos ya estuvieron en explotación durante la prehistoria y especialmente en época Romana, tal y como demuestran los restos de entibados de madera, candiles y herramientas encontrados.

El yacimiento de Reocín está en el extremo occidental de la Cuenca Vasco-Cantábrica. La actividad tectónica que tuvo lugar durante el Cretácico Inferior, relacionada con los movimientos de la Placa Ibérica con respecto a la Placa Europea, tuvo un papel fundamental en la génesis de este yacimiento. Durante el Gargasiense, se formaron grandes depósitos de carbonatos de hasta 500 m de espesor. Después, durante la orogenia Alpina, se formó el Sinclinal de Santillana, una gran estructura con dirección NE-SW. En concreto, Reocín se encuentra en el flanco SE, cerca del cierre periclinal.

En cuanto a su génesis, se trata de un yacimiento hidrotermal, originado por el escape de fluidos de la cuenca que han ido lixiviando los cationes metálicos al atravesar los sedimentos, que han quedado después depositados en los carbonatos al salir al exterior a través de fracturas sinsedimentarias. Reocín es un yacimiento estratoligado, de unos 3300 metros de longitud y 800 metros de ancho, con una morfología ligeramente cóncava hacia el NW. Está compuesto por varios cuerpos mineralizados de geometría irregular y discordantes con la estratificación que están encajados en la caliza gargasiense, que está totalmente dolomitizada.

Historia de la mina de Reocín

Jules Hauzeur, quien sería el futuro presidente de la Real Compañía Asturiana de Minas, estaba paseando por la zona en 1856 cuando “descubrió” de nuevo este yacimiento. Inicialmente se explotaron los minerales de zinc que aparecían en superficie. A finales del siglo XIX, la mina se convirtió en uno de los primeros suministradores de zinc en toda Europa. Según fueron extrayendo el mineral, pasado de tener que procesar carbonatos a sulfuros, por lo que llevaron a cabo una serie de mejoras en el proceso del tratamiento del mineral. En 1904 se incorporaron sistemas de flotación y, más adelante, una planta de pre-concentración por medios densos.

A pesar de que las labores de interior eran muy importantes, tras un grave hundimiento que afectó a varias galerías, se tuvieron que retomar las labores de exterior en 1965. Esta situación conllevó varios destrozos en la propia población de Reocín, prácticamente un barrio entero desapareció. Numerosas casas se vieron afectas y varios centenares de vecinos tuvieron que ser realojados por miedo a los derrumbes, por suerte, no hubo que lamentar víctimas mortales ni en la mina ni en el pueblo.

Lago artificial creado tras la inundación de la corta de la mina de zinc de Reocín
Lago artificial creado tras la inundación de la corta de la mina de zinc de Reocín (Foografía: M. Calvo, 2013).

En 1981 la empresa Asturiana de Zinc, S.A., se hizo cargo de la mina y se aumentó considerablemente la producción. Se mantuvo en explotación hasta el año 2003, cuando tuvo lugar otro derrumbe, tanto en la propia corta como en las galerías. Eso, unido a la baja rentabilidad del yacimiento, que ya casi había agotado las reservas de mineral, hizo que cerrara poco antes de cumplir los 150 años.

Se estima que, durante el tiempo que estuvo activa la mina de zinc de Reocín, se extrajeron algo más de 7 millones de toneladas de concentrados de zinc, dejando tras de sí un enorme hueco. Con el cese de la actividad minera, en noviembre de 2004 dejaron de funcionar las bombas que se encargaban de sacar el agua que se acumulaba en las galerías. El hueco dejado por la mina tardó casi cinco años en llenarse de agua, llegando el nivel hasta los 60 metros, convirtiéndolo en el segundo embalse más grande que tiene la Comunidad de Cantabria.

Ejemplar con esfalerita y galena bandeada, característica de la mina de zinc de Reocín (Cantabria).
Típica asociación de esfalerita bandeada junto a galenamarcasitapirita y dolomita (de color blanco) procedente de la mina de Reocín.

Minerales más importantes

Los minerales metálicos más importantes que se pueden encontrar en Reocín son la esfalerita, la más relevante desde un punto de vista económico, y la marcasita.

La esfalerita es muy abundante, aparece principalmente en forma de estructuras bandeadas de color beige. Los diferentes colores que presentan estas bandas se deben a diferencias en el contenido de hierro además de a la forma de cristalización. Las bandas más oscuras están formadas por agregados cristalinos desordenados de grano grueso y
las más claras por cristales fibrosos orientados transversalmente a las bandas. Entre esas bandas de esfalerita aparecen otras intercaladas de galena, que también puede aparecer en forma de pequeños cristales.

La marcasita es muy abundante en el yacimiento, tanto en las labores de interior como en las realizadas a cielo abierto, siendo muy llamativos los ejemplares que presentan maclas múltiples conocidas como “crestas de gallo” aunque también aparece formando estructuras botroidales.

La dolomita es otro de los minerales más abundantes y suele aparecer recubriendo todas las fisuras y cavidades del yacimiento. Aparece casi siempre en forma de cristales incoloros o blanquecinos y generalmente opacos, con las caras curvadas.

Además, otros minerales que se pueden encontrar en la zona son pirita, calcita, cerusita, hemimorfita o yeso.

Bibliografía

  • Carrasco, I., Checa, M. y Ferández, E. (1995). Reocín. Revista de minerales, 1, 1, 18-25.
  • Castro, A.M., Calvo, M., García, G. y Alonso, A. (2001). La mina de Reocín (Cantabria). Bocamina, 8, 12-66.
  • Confederación Hidrográfica del Cantábrico (s.f.). Lago de Reocín. https://www.chcantabrico.es/lagos/lago-de-reocin
  • Pardo de Santayana, G. (2006). Breve historia de la Corta de Reocín. Tromel, Revista de la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Minera de Torrelavega, 3 , 5-12.