Categoría: Yacimientos

Aerinita (Pirineo)

Aerinita (Pirineo)

Pigmentos minerales

Entre los diferentes pigmentos naturales que ha empleado el ser humano a lo largo de la historia han quedado registrados muchos usos directos e indirectos de minerales.

Históricamente, los pigmentos azules solían hacerse con otros minerales azules frecuentes y abundantes como la azurita. Sin embargo, con el paso del tiempo, este mineral tenía el problema de que se iba transformando en verde o incluso en marrón. Por eso, también se emplearon otros, como el lapislázuli, aunque era mucho más difícil de conseguir y, por tanto, mucho más caro.

A partir del siglo XI, y siguiendo la tradición bizantina de emplear el color azul en los fondos de las pinturas murales, empezaron a verse ciertas limitaciones en el uso de todos estos pigmentos azules. El lapislázuli era demasiado caro para usarlo en superficies tan grandes y el hecho de que la azurita pudiera cambiar de color no ayudaba.

En el caso del Pirineo, se encontró una solución que permitía pintar de color azul grandes superficies a un precio bastante más bajo y que se estuvo empleando hasta casi el siglo XIV. En la zona aprecia un mineral azul, concretamente un silicato, que se empleó en distintos murales romanos por ser más estable y tener una calidad ligeramente mayor a la de la azurita.

La aerinita y el Pirineo

En 1987, cuando se llevaron a cabo análisis de algunas de estas pinturas románicas, se vio que ese azul tenía su origen en un mineral descubierto en el siglo XIX, la aerinita.

Se sabe que, al menos, se empleó en 19 iglesias románicas del Pirineo, entre ellas destacan la de Sant Climent de Taüll (Lérida), las del monasterio de Santa María de Sigena (Huesca) o la de Sant Cristofol de Tosses (Gerona), aunque también hay algunas en Francia y en Andorra.

En la zona, la aerinita aparece rellenando diaclasas, en forma de fibras orientadas paralelamente a las paredes, o formando parte de brechas en las doleritas del Triásico que han sufrido procesos de alteración. Se trata de un mineral que se forma a temperaturas bajas y que no suele aparecer asociado a otros minerales.

Afloramiento de ofita cerca del embalse de Canelles donde puede observarse un plano de diaclasado cubierto por aerinita.

Dos de los yacimientos más importantes se encuentran en Estopiñán del Castillo (Huesca), situados a poca distancia del pueblo, también hay afloramientos cerca de Tartareu (Lérida), aunque se conocen otros muchos repartidos por todo el Pirineo.

Aerinita en una ofita alterada, Reguer del Congost, Estopiñán del Castillo (Huesca).

La aerinita

La aerinita es un silicato que contiene también iones carbonato, pertenece al grupo de los pironexos y es relativamente poco frecuente. Aparece en forma de fibras o agregados masivos que pueden tener distintos tonos de azul.

Su composición y estructura son tan complejas que, a pesar de que se describió por primera vez en 1876, hasta hace muy pocas décadas todavía nos faltaba mucha información sobre él.

Aunque tiene un característico color azul, se convierte en marrón oscuro si se calienta. Esto se puede ver en las pinturas de la sala capitular del monasterio de Villanueva de Sigena (Huesca), que quedaron afectadas por un incendio provocado durante la Guerra Civil.

Bibliografía

  • Calvo, M. (2017). Aerinita, la piedra azul del Pirineo. Naturaleza Aragonesa, 34, 63-68.
  • Calvo, M. (2018). Minerales y minas de España. Volumen IX: Silicatos. Fundación Gómez Pardo.

Fuentes de Ebro (Zaragoza, Aragón)

Fuentes de Ebro (Zaragoza, Aragón)

En Aragón aparecen amplios depósitos de materiales sedimentarios evaporíticos de halita, como en Remolinos, pero también de yeso, un ejemplo es la zona de Fuentes de Ebro. De hecho, en algunos puntos, este yeso aparece de forma suficientemente compacta, regular y translúcida como para usarse en escultura, fabricación de objetos decorativos y como roca ornamental en el sector de la construcción. Este alabastro, una variedad microcristalina de yeso, es precisamente uno de los productos más relevantes de la zona.

Desde época romana se extrae alabastro en la región y se ha empleado para diversos fines. Destacan importantes obras de arte realizadas como el retablo de Damián Forment, situado en la Catedral-basílica de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza.

En varias de las canteras que hay dedicadas a la extracción de alabastro han aparecido cristales de yeso de gran belleza y tamaño, reconocidos incluso a nivel mundial.

Geología

En Aragón, junto parte de las comunidades de Cataluña, Navarra y La Rioja está la llamada Depresión Terciaria del Ebro. Se trata de una depresión resultante de una continuada subsidencia que, con un carácter migratorio de N a S, se produjo desde el comienzo del Cenozoico hasta finales del Mioceno.

La depresión se fue rellenando fundamentalmente con sedimentos continentales terciarios. Estos sedimentos corresponden a facies evaporíticas de formaciones lacustres en ambientes continentales, interestratificados con niveles arcillosos o margosos, en un régimen con carácter netamente endorréico.

Fotografía de una cantera de Fuentes de Ebro en la que se pueden ver los distintos niveles.

La distribución de los materiales sedimentarios en la depresión se corresponde con el modelo clásico de relleno de cuenca, presentándose una clara zonación, desde los depósitos detríticos gruesos, conglomeráticos y areniscas en los bordes de la cuenca, a detríticos finos que pasan gradualmente a margas, carbonatos y materiales evaporíticos, yesos y materiales salinos, en el centro.

La serie existente de la zona de Fuentes de Ebro tienen edades correspondientes al Mioceno (Aquitaniense-Vindoboniense) y Cuaternario. El conjunto tiene una potencia de unos 30 metros, que incluyen dos niveles de alabastro utilizables de alrededor de 1,5 metros de potencia cada uno.

Cristales alargados de yeso sobre alabastro de Fuentes de Ebro.

Minerales más importantes

En Fuentes de Ebro, los minerales más abundantes son el yeso, especialmente en forma de alabastro y, ocasionalmente, puede aparecer algo de epsomita.

El alabastro aparece en forma de bolos de hasta 1 metro de diámetro, separados unos de otros por margas o yeso laminar o fibroso.

El yeso aparece en forma de cristales, que pueden ser de dos tipos: cristales lenticulares, normalmente agrupados y entrecruzados entre sí, entre los bolos de alabastro o en forma de cristales alargados situados en huecos
formados por la infiltración de aguas superficiales
entre los bolos de alabastro o por corrosión parcial de alguno de estos bolos.

Estos cristales alargados de yeso son en realidad maclas según una ley particular, combinación de contacto e interpenetración a lo largo de un plano (101) de dos individuos de desarrollo desigual, descrita precisamente por primera vez en ejemplares de esta localidad.

Bibliografía

  • Calvo, M y Calvo, G. (2003). Fuentes de Ebro. Bocamina 11, 4-22.
  • Calvo, M. (2014). Minerales y minas de España. Volumen VI: Sulfatos (seleniatos, teluratos), cromatos, molibdatos y wolframatos. Fundación Gómez Pardo.

Galería

Las Médulas (León, Castilla y León)

Las Médulas (León, Castilla y León)

Históricamente, las explotaciones de oro españolas han sido muy relevantes, existiendo numerosos puntos de interés en la Península Ibérica. De todas las explotaciones mineras romanas que hay en España, probablemente la explotación de Las Médulas, en la provincia de León, sea la más conocida. Fue una de las minas de oro a cielo abierto más grandes de todo el Imperio romano. Según los escritos de Plinio, allí llegaron a trabajar cerca de sesenta mil obreros, aunque según algunos estudios más recientes podrían haber sido unos veinte mil. En los cerca de 200 años que estuvieron explotando esta zona, se calcula que los romanos pudieron llegar a extraer entre cinco y siete toneladas de oro puro de este lugar y que se movieron cerca de quinientos millones de metros cúbicos de material.

Los yacimientos de oro se pueden separar en dos tipos, los primarios y los secundarios.

En los yacimientos primarios, el oro suele tener un origen fundamentalmente hidrotermal, asociado a filones de cuarzo con sulfuros (arsenopirita, pirita…).

Como se trata de mineral muy estable, es frecuente que cuando se alteran estos yacimientos el oro pase a los sedimentos y acabe depositándose en otro lugar, como en las terrazas formadas por los ríos, dando lugar a yacimientos de tipo secundario. El oro, al ser un mineral más denso que otros, tiene tendencia a quedarse acumulado en oquedades, fisuras en el lecho entre las raíces de las plantas acuáticas y de ribera.

En la provincia de León encontramos ejemplos de yacimientos tanto de tipo primario como secundario, aunque estos últimos son más abundantes. Se explotaron tanto conglomerados terciarios como terrazas aluviales y morrenas formadas por los ríos.

Característico paisaje dejado por el paso de los romanos por Las Médulas, es tal el valor de este espacio natural que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997.

Geología

Los conglomerados que encontramos en Las Médulas datan del Mioceno (hace entre 23 y 5 millones de años.) y tienen origen aluvial. Se habrían formado principalmente durante periodos de clima semiárido, con períodos secos y lluviosos.

En estos depósitos tan característicos se pueden diferenciar hasta tres formaciones diferentes (de muro a techo): Formación Toral, Formación Santalla y Formación de Las Médulas. La Formación Toral es la más antigua pero no aparece en el borde sur de la cuenca. La Formación Santalla, de entre 20 y 30 metros de potencia, procede de abanicos aluviales, contiene grandes cantos, algunos pueden llegar a tener hasta medio metro de tamaño. Por último, la Formación de Las Médulas, con entre 100 y 120 metros de potencia, se habría formado por procesos torrenciales violentos.

Estos sedimentos se encuentran discordantes sobre un basamento Paleozoico (calizas de la Aquiana y pizarras de Luarca) que aflora de forma puntual o sobre la denominada Formación Orellán, compuesta por cantos de pizarra y cuarzo de distribución discontinua.

La zona más rica en oro es la Formación Santalla, en la que existen hasta 300 mg de oro por metro cúbico, aunque la riqueza media de todos estos depósitos ronda los 60 mg por metro cúbico, llegando a ser de unos 10 a 20 mg en las zonas superiores.

Una de las preguntas más interesantes, y que todavía suscita dudas, es de dónde viene el oro que aparece en Las Médulas. Se trata de yacimientos secundarios de edad terciaria que se pueden relacionar con el levantamiento de edad alpina y la posterior erosión de las rocas paleozoicas. Aun así, en las zonas de zócalo más próximas no se encuentran restos de este elemento. Existen diferentes propuestas, como que podrían provenir de las capas cuarcíticas del Ordovícico inferior que hay en el Macizo del Teleno (por la forma que tienen los granos de oro), aunque ni todos los depósitos de oro tienen esta misma forma ni las cantidades en las que aparecen son las mismas, por lo que continúa siendo una incógnita.

Método de explotación: ruina montium

Dada la escasa concentración de oro que había en los yacimientos secundarios, como en los conglomerados, las técnicas de extracción tenían que adaptarse. No se podían emplear bateas, otro de los típicos métodos de recuperación de este mineral, y era necesario recurrir a sistemas de lavado a gran escala que requerían de una gran infraestructura.

Un ejemplo de ingeniería romana y de minería hidráulica lo encontramos en el método conocido como ruina montium. La explotación se llevaba a cabo mediante la fuerza del agua; esta se canalizaba y se acumulaba en la parte superior de la montaña. Esto hizo que tuviera que crearse un sistema de canales que transportaran el agua hasta la zona, cuyos trazados todavía pueden verse en las montañas que hay en las cercanías. Uno de estos canales que abastecen Las Médulas tiene un recorrido de casi 50 km y todavía hoy alguno se emplea para abastecer agua a pueblos cercanos.

De forma simultánea, se iban excavando extensos túneles y galerías en el interior de las montañas de forma manual. Esta técnica funcionaba mejor en montañas formadas por materiales relativamente blandos, como arcillas y conglomerados y que se desmenuzaban con relativa facilidad.

Cuando ya se tenía todo el sistema preparado, se dejaba que el agua acumulada arriba circulara por estas galerías y, mediante la fuerza de la gravedad y la erosión causada por el propio movimiento del agua, se iba derrumbando la montaña. La tierra era arrastrada hacia las zonas de lavado, situadas en la parte inferior.

Los sedimentos se lavaban entonces por el sistema de surcos convergentes, grandes zanjas de varios metros de profundidad y centenares de metros de longitud que convergían en un único canal de lavado. Así, las pepitas de oro, más densas que el resto del material, iban quedando retenidas. Los cantos de mayor tamaño se retiraban a mano antes de que llegaran a este canal, formándose unos apilamientos muy característicos que todavía se pueden ver en algunos puntos.

Pepitas de oro nativo sacadas del río Eria (León), muy parecidas a las que aparecían en la zona de Las Médulas.

Minerales más importantes

El mineral por excelencia que aparece en esta zona es el oro.

Aparece en forma de partículas muy pequeñas, aplanadas, y con los bordes redondeados y plegados. Las mayores partículas pueden alcanzar el medio milímetro de tamaño y un peso de 0,5 mg en el mejor de los casos.

Bibliografía

  • Calvo, G (2022). Historia de la mineralogía. Guadalmazán.
  • Calvo, M. (2003). Minerales y minas de España. Volumen 1: elementos. Museo de las Ciencias Naturales de Álava. Departamento de Cultura, Juventud y Deportes.
  • Martín Escorza, C. (2006). El oro en Las Médulas: su geología y arqueología. Senderos Arqueológicos 2. Sociedad de Amigos del Museo Nacional de Ciencias Naturales.
  • Martín-González, F., Heredia, N., Fernández, L.P. y Bahamonde, J.R. (2014). La mina romana de oro de las Médulas (El Bierzo, Provincia de León, NO de España): Patrimonio de la Humanidad como recurso docente para la enseñanza de las Ciencias de la Tierra. Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 22, 2, 129-139.

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Remolinos (Zaragoza)

Remolinos (Zaragoza)

Remolinos es un pueblo situado a unos 35 Km al NW de la ciudad de Zaragoza y allí se encuentra un enorme depósito de sal. Probablemente fue las minas de sal de Remolinos fueron explotado en época romana, o incluso antes, aunque no aparece citado en ninguna obra.

Historia de las minas

Durante la Edad Media los reyes y gobiernos empezaron a emplear la sal como una fuente de ingresos, por lo que las minas de Remolinos se empezaron a explotar de forma bastante intensa.

Según recoge el catastro minero del año 1909, había casi sesenta minas aunque solamente una de ellas, La Real, se explotaba con cierta intensidad. La producción total de sal sufrió una serie de altibajos debidos a los efectos de la guerra. Unas décadas despúes la producción fue aumentando progresivamente, hasta llegar en torno a 1950 a las 15.000 toneladas por año, cifra que se multiplicó casi por diez al llegar a 1970 gracias a las mejoras en los sistemas de transporte.

En 1989 cesó la extracción de sal en la mina conocida como La Real, aunque sus galerías se conservan. Además, se comunicó con otra mina, María del Carmen, para poder mejorar los sistemas de ventilación.

Niveles de sal explotados en Remolinos. Fotografía: M. Calvo.

En la década de 1990 la producción de sal total rondaba las 200.000 toneladas por año y en la Estadística Minera más reciente, de 2019, la producción de sal gema en la provincia de Zaragoza fue de 309.000 toneladas. Esta producción proviene en su gran mayoría de la mina María del Carmen, la única de Remolinos que sigue activa.

Geología

El lentejón de sal de un espesor de más de 100 metros en el que se encuentran todas las explotaciones, se encuentra encajado en los yesos de la Formación Zaragoza. Estos depósitos tienen edad Miocena, se formaron concretamente durante en el periodo Aquitaniense-Vindoboniense. Tienen un origen lacustre, resultado de sucesivos procesos de evaporación y precipitación que tuvieron lugar en una cubeta somera. Aunque la sal aparece en forma de bandas de unos 10 cm de espesor de promedio, dichas bandas no están dispuestas de forma totalmente horizontal, tienen un buzamiento de unos cuatro grados.

La mina subterránea que se explota en la actualidad es de grandes dimensiones y el método seguido sigue siendo el de cámaras y pilares. Las calles y vías tienen unos 20 metros de ancho y 6 de alto que recorren los camiones encargados de llevar la sal al exterior.

En las galerías que están en explotación se distinguen tres partes. La primera es el cuerpo alto, que está en la parte superior, que tiene un espesor de unos tres metros, y que era el que se explotaba inicialmente. El segundo es el cuerpo intermedio, de un metro de espesor, que tiene una calidad bastante inferior ya que tiene muchas más bandas de arcillas intercaladas con las capas de sal, motivo por el cual se usaba para rellenar las galerías antiguamente. Por último está el cuerpo bajo, que se comenzó a aprovechar ya en el siglo XX, y que tiene unos dos metros de espesor.

Sal con huecos en su interior con forma de cristal rellenos de aire o de agua.

Minerales más importantes

Los minerales más frecuentes (y más abundantes) en Remolinos son halita, yeso, anhidrita y glauberita.

La halita es el mineral que se explota en estas minas y aparece en forma de bandas de espesor variable intercaladas con otras formadas por materiales pelíticos. Es frecuente encontrar inclusiones fluidas, algo habitual en los yacimientos de halita que ha precipitado en medios evaporíticos. Su color es muy variable, desde incolora a negra, pasando por azul o rosa.

La anhidrita es abundante en forma de nódulos en el interior de las capas de halita. El interior de estos nódulos suele ser de color azulado. El yeso aparece en forma masiva, fibrosa o incluso especular y la glauberita en forma de masas o cristales de tamaño centimétrico interpenetrados.

Aparecen además abundantes minerales de la arcilla (como illita y montmorillonita) y, en ocasiones, cuarzo.


Bibliografía

  • Calvo, M. (2001). Las minas de sal de Remolinos, Zaragoza. Revista de Minerales, 2, 2, 3-22.
  • Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés. http://www.sipca.es

Galería

Almadén (Ciudad Real, Castilla La Mancha)

Almadén (Ciudad Real, Castilla La Mancha)

Distrito minero de Almadén

El distrito minero de Almadén (Ciudad Real, Castilla La Mancha) ha estado en explotación de forma casi ininterrumpida durante cerca de 2000 años. Fue explotado extensamente desde la época romana para obtener bermellón, un pigmento rojo muy apreciado. En la época musulmana Almadén se siguió explotando para obtener dicho pigmento, pero también mercurio y “solimán”, cloruro mercúrico, usado en medicina y encurtidos. En el año 2002 las últimas minas que quedaban abiertas cerraron debido a la caída del precio en el mercado mundial y a la reducción del uso del mercurio debido a su elevada toxicidad.

España ha sido uno de los principales suministradores de mercurio a nivel mundial durante muchas décadas. Tanto es así que la posición de España como productor de mercurio ha hecho que la unidad de medida en el comercio internacional sea el “frasco” utilizado en Almadén para su embalaje, unidad que equivale a 34,5 kg. Según las estimaciones, aproximadamente la tercera parte de todo el mercurio producido en el mundo se extrajo en Almadén. Se trata, por tanto, de uno de los distritos de mayor tamaño de España y uno de los más grandes a nivel mundial.

A pesar de que ya no hay actividad minera en la zona, siguen existiendo grandes reservas de cinabrio. Tal es su importancia que el año 2012 la Unesco reconoció su carácter histórico y las minas de Almadén fueron incorporadas a la lista de Patrimonio Mundial, junto a las de Idrija en Eslovenia. En la actualidad hay un Parque Minero que, entre otras actividades, permite recorrer parte de las galerías interiores. Además, allí se puede ver parte del patrimonio minero-industrial y conocer cómo ha sido la evolución de los diversos procesos mineros y metalúrgicos de extracción de mercurio a lo largo del tiempo.

Hornos de aludeles (también conocidos como hornos de Bustamante) de Almadén.

Geología

Geológicamente, se sitúa en la estructura denominada Sinclinal de Almadén, ubicada en la parte meridional de la Zona Centroibérica de la Cadena Hercícina. En esta área aparecen rocas del Precámbrico superior, Paleozoico y Cenozoico superior pero los yacimientos de mercurio se concentran exclusivamente en las rocas paleozoicas.

El distrito de Almadén alberga más de 60 puntos en los que se ha descrito la presencia de cinabrio, aunque muy pocos son realmente relevantes. El más importante es la gran mina de Almadén, otros cuatro son yacimientos de un tamaño relativamente grande y que han sido explotados en el pasado (El entredicho, Las Cuevas, Nueva Concepción y Vieja Concepción). Por último, otros seis son indicios mineros en los que se han realizado trabajos menores de tipo superficial pero que nunca se han llegado a explotar como tal (El Alcor, Pilar de la Legua, Guadalperal, Corchuelo, El Burcio, Tres Hermanas).

Tipos de yacimientos

Los yacimientos de este distrito se pueden dividir en dos grandes grupos. En un primer lugar están los yacimientos estratoligados, que son aquellos en los que la mineralización aparece en forma de diseminaciones en la conocida como Cuarcita de Criadero. En estos casos, el cinabrio aparece impregnado en la cuarcita, rellenando los huecos existentes entre los granos de cuarzo. Estos yacimientos son los de mayor tamaño (ejemplos son la mina Almadén y El Entredicho) y es característica la presencia de una roca piroclástica máfica llamada “roca frailesca” locamente, formada por clastos de basaltos olivínicos con fenocristales pequeños. Según nos alejamos del contacto con esta roca frailesca, el contenido de mercurio disminuye rápidamente, por lo que está clara su relación genética. En este primer tipo de yacimientos aparecen fundamentalmente cinabrio con algo de pirita y algunos sulfuros muy minoritarios.

En segundo lugar están los yacimientos relacionados con fracturas o zonas de deformación, como por ejemplo la mina de Las Cuevas. Al estar relacionados con estas estructuras tectónicas, su variabilidad es mucho mayor, pudiendo aparecer desde en forma de filones de pequeño tamaño encajados en cuadritas o en diseminaciones controladas por fracturas. En estos, además de cinabrio y pirita, pueden aparecer otros minerales como barita, cuarzo y algunos carbonatos, y es mucho más frecuente encontrar mercurio nativo.

Pequeños cristales de cinabrio junto a cristales de dolomita (de color blanco) sobre cuarcita cinabrífera.

Minerales más importantes

Los minerales más importantes que se pueden encontrar en las minas de Almadén con principalmente dos: el cinabrio y el mercurio nativo.

En el caso del cinabrio, en los yacimientos estratoligados, puede aparecer en forma de impregnaciones en el interior de la cuarcita pero también en forma de cristales que son famosos por su transparencia y perfección cristalográfica, aunque no son muy abundantes. En el caso de los yacimientos asociados a fracturas, el cinabrio que aparece suele ser masivo, rara vez aparecen cristales y, si lo hacen, suelen ser de peor calidad.

El mercurio nativo aparece en forma de pequeñas gotas dispersas en el interior de la cuarcita y se puede concentrar también en las fisuras de las rocas, llegando a acumularse en cantidades importantes.

Bibliografía

  • Calvo, M (2003). Minerales y minas de España, volumen II, sulfuros y sulfosales. Museo de Ciencias Naturales de Álava.
  • Hernández , A. (1992). Los yacimientos de mercurio de Almadén. En: Recursos minerales de España. J. García Guinea y J. Martínez Frías (Eds.). 759-774.
  • Maturana, S. & Hernández, A. (1995). Almadén, del Azogue. Bocamina, 1: 38-64.
  • Palero Ferández, F.J. (2012). Aspectos geológicos y metalogenéticos de los yacimientos de mercurio del distrito de Almadén (Ciudad Real). De Re Metallica, 19, 3-25.

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